miércoles, 3 de marzo de 2010

LA ESCUELA DEL FUTURO RECONOCERÁ LA CENTRALIDAD DEL MAESTRO

La escuela del 2018 será la que integre las nuevas tecnologías gracias a la figura cada vez más importante del maestro.
Estará llena de aparatos que serán de uso normal en todos los hogares pero, gracias al profesor, los aprenderá a utilizar para su crecimiento personal, integrándolos para abrirse al mundo con ojos nuevos.
En este sentido puede facilitar la tarea tutorial con los padres para, mediante el blog de aula, mantenerse comunicados y enriquecidos continuamente.
El maestro será y, lo es hoy, el artista que hace de las relaciones personales y sociales un buen medio para prepararse a la vida:
• Las relaciones entre los compañeros de clase, todas sus interacciones serán el mejor medio de socialización en una sociedad que tiene que ir curándose de lo virtual y disfrutar del contacto personal y real.
• Los conflictos normales servirán para adiestrarse a la vida si somos capaces de sacudirnos la tontería de que cualquier cosa es objeto de denuncia y de malas relaciones entre padres y escuela.
• La persona del maestro con su propio estilo personal es un espejo donde los niños se mirarán para aprender a ser. De él van a aprender los valores más importantes en todas las experiencias compartidas a diario en clase.
• Los alumnos y profesores necesitarán ir todos los días al colegio, a ese espacio físico para saborear las relaciones personales, para encontrarse en un lugar especial, con sabor a amistad, interacción, novedad; un espacio real pero donde puede ser imaginativo, donde tiene la palabra, donde comparte con otros como él, donde juega con objetos reales.
• Toda la bondad de la escuela emana de la figura del maestro. Todo lo demás son instrumentos muy útiles, pero instrumentos. Con su maestría será capaz de contagiar a sus discípulos las ganas de saber, de investigar, de preguntarse, de imaginar, de soñar un mundo diferente, con soluciones diferentes. De sintetizar experiencias, de lanzarse a recrear desde todos esos recursos y experiencias vividas.
• Gracias al ejemplo y pericia del maestro seremos capaces de asimilar, encajar y valorar todo lo bueno de cada cultura, religión y raza y, llegaremos a ser menos dogmáticos. Sabremos aprovechar de todos, lo bueno y seguiremos construyendo fórmulas nuevas pero no definitivas.
• El maestro será el partero que saca a la luz todas las posibilidades de cada alumno ya que trata, con tantos medios técnicos, a cada uno de una manera única: como médico, artesano, orientador, guía, padre y madre.
• La escuela se hará sensible a los problemas y realidades del entorno más cercano conociéndolo, investigándolo y cambiándolo en la medida sencilla de los niveles en los que trabaja. Es otra manera de no ser virtual o irreal o abstracta. Tiene que salir al barrio a estudiar sus calles, sus habitantes, sus problemas, su identidad y publicarlo como trabajo de investigación en el blog de la clase a la que los padres y los hijos acuden para interactuar en él.
• En esta segunda década del tercer milenio las personas mayores tienen que ser invitadas a los centros escolares para ser transmisores de su sabiduría bis a bis.
• Nacerán movimientos que valoren más las experiencias directas de granja, huerto, senda, experimentos, frente a tanta información virtual y de imagen.
En la persona del docente maestro está la clave de cómo funcione la educación del futuro. Se necesitan siempre personas enamoradas de lo que hacen. Soñadores y buscadores de nuevas maneras para ayudar a crecer al ser más frágil pero con más posibilidades de la creación. Está en estos maestros la fuerza que transforma el sistema educativo y el tipo de sociedad a la que queremos llegar.



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